Hace ya más de 20 años que el U.S. Army War College introdujo el concepto VUCA para describir la situación en la que quedó el mundo al finalizar la guerra fría. Todo se hizo más volátil (Volatily), incierto (Uncertainty), complejo (Complexity) y Ambiguo (Ambiguity). Pero este concepto no alcanzó la madurez y se generalizó su uso hasta los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. 

Es un concepto poderoso que describía perfectamente la realidad del momento y rápidamente fue adoptado por los líderes estratégicos de las empresas, pues también representaba con claridad los nuevos paradigmas empresariales y las relaciones comerciales en un mundo globalizado con apenas fronteras. A todo esto lo terminaron denominando «new normal«, la nueva normalidad.

En un entorno VUCA

  • No hay estabilidad. Solo existen dinámicas de cambio que se manifiestan a diferentes velocidades dependiendo del catalizador que las active.
  • No hay certezas. No se pueden predecir los escenarios. Lo único que se puede hacer es darles un valor más probable y evaluar el riesgo asociado.
  • Todo es complejo. Se multiplican las variables a tener en cuenta, no se ven claras las relaciones causa-efecto, se mezclan los intereses, aumentan las probabilidades de influir y ser influidos por factores que se desconocen. Hay que mantenerse en constante alerta. 
  • Aumenta la ambigüedad, difuminando las verdaderas causas y sus efectos, aumentando los errores e impidiendo la visualización de posibles caminos por los que transitar. Los planes de acción a largo plazo quedan obsoletos en muy poco tiempo.

¿New normal? En efecto, la nueva normalidad es el cambio, la permanente transformación de las condiciones del ecosistema en el que podamos estar inmersos, incluso sin saber si dicho ecosistema tiene fronteras, pues aparecen difuminadas y mezcladas con las de otros.

No se puede frenar el cambio, somos parte del cambio y generamos cambio, estamos inmersos en él. O nos arrolla o navegamos por él, aprendiendo a deslizarnos con soltura. Mejor en la superficie para poder tener alguna perspectiva de hacia dónde nos dirigimos y tomar medidas, antes de que la inercia nos expulse del sistema en el próximo cambio de dirección.

La nueva normalidad es un término tramposo que nos puede llevar a la confusión, a pensar en estabilidad y sosiego. No es así, la realidad será siempre diferente. Solo algunos podrán sortear los vaivenes con éxito. Para ello tendrán que:

  • Mantenerse siempre alerta, asimilar las fuentes de datos puestas a su disposición y analizarlas continuamente.
  • Cambiar la estructura de sus organizaciones para hacerlas más flexibles y adaptables.
  • Abrazar la tecnología para la toma de datos, el análisis y la simulación de escenarios posibles para tomar mejores decisiones.
  • Poner el foco en los clientes y usuarios, las mayores fuerzas de los ecosistemas, pero no las únicas.
  • Asumir el continuo aprendizaje como parte esencial de la actividad humana.
  • Aprender a colaborar y relacionarse para crear redes de seguridad ante cambios de mayor calado.

Los entornos VUCA son la nueva normalidad. No hay paz en ellos, solamente movimiento, riesgo e incertidumbre, justo el caldo de cultivo donde crecen las oportunidades más jugosas. ¡Bienvenido a la nueva normalidad!  

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David Muñoz